Para esta marca de gafas fundada en Barcelona teníamos el reto de exhibir una colección de más de 100 modelos, en un pequeño stand rompedor, económico y fácil de transportar.
Para ello propusimos un suelo modular que actúa de soporte de unos pedestales metálicos con una base retro iluminada, sobre los que cada gafa es presentada como un objeto de deseo, invitando al público a interactuar con ellas. Los pedestales se escalonan creando una topografía que parece flotar con ligereza. El espacio de almacenaje queda oculto detrás de un espejo, el cual acentúa la repetición de la estructura, potencia sensación de profundidad y parece que cada objeto esté levitando.